Pie de foto (XXIII)

A veces, nos cuesta florecer, expandirnos, desplegar las alas y dejarnos ver.

Son muchas las flores que permanecen envueltas en un capullo toda su vida por miedo a salir y enfrentarse a la gran tormenta.

Por miedo a lo desconocido, a lo imaginado, a lo que pudiera llegar.

La incertidumbre quebranta sueños, aniquila esperanzas.

Y olvidamos que después de la tormenta, siempre llega esa flor que asoma sus frágiles pétalos y colma de belleza el paisaje.

Esa flor que, aunque pequeña y frágil, otorga a su alrededor la mayor de las proezas; el despertar de la belleza interior.

Que la tormenta no derribe tus ansias de brillar.

Que tu belleza no se marchite en la oscuridad.

Y que la fuerza oculta te permita siempre brotar.


Virginia Sánchez Romo.

Licenciada en Periodismo Audiovisual. Formada en Gestalt de Infancia y Adolescencia; y en Terapia Social y Pedagogía Curativa, desde la Antroposofía. Estudiante de Cuentoterapia.

Todas las fotografías que aparecen en esta sección han sido realizadas con un teléfono móvil.

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