Pie de foto (XIX)

A veces, necesitamos que un sonido seco nos transporte al corazón.

Que, en un abrazo sincero, nos permitamos vibrar por dentro.

A veces, la razón se empequeñece, mientras la magia crea y crece.

Y entre medias, el tum, tum, tum nos despierta de un largo letargo.

Y a ritmo de tum, tum; tum, tum emprendemos firmes y en compañía los nuevos pasos que se abren al caminar.

Pasos que nos muestran bellos parajes que ni siquiera nos hubiéramos parado a imaginar.

Detener el tiempo a ritmo de corazón.

Prolongar en nuestras manos cada latido, cada aliento.

Y entre medias, soltar la voz, desplegarnos por dentro, abrir las alas de la creación.

Y, a nuestro propio ritmo continuar con el tum, tum, tum.

Siempre al golpito.

Tum, tum, tum.

Siempre acariciando un nuevo pálpito de nuestro corazón.

Tum, tum, tum.

Virginia Sánchez Romo.

Licenciada en Periodismo Audiovisual. Formada en Gestalt de Infancia y Adolescencia; y en Terapia Social y Pedagogía Curativa, desde la Antroposofía. Estudiante de Cuentoterapia.

Todas las fotografías que aparecen en esta sección han sido realizadas con un teléfono móvil.

Anterior
Anterior

El legado de los ancianos en los cuentos

Siguiente
Siguiente

Ad Astra: un hombre en busca del padre