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Prevención y afrontamiento de las adicciones a traves de los cuentos.

 Docentes acreditados por AICUENT para impartir este taller

Por orden alfabético a partir del fundador.

Sobre el taller

Los cuentos tradicionales no nos hablan directamente del consumo de sustancias tóxicas. Su mensaje es atemporal y simbólico, y no se centran en una adicción concreta.Pero si que nos hablan de los mecanismos y situaciones que llevan a la persona a caer en una adicción, de las dificultades para superarla y de los caminos de salida.

 

UNA PROBLEMÁTICA BIEN CONOCIDA

El abuso y la adicción a ciertas sustancias es uno de los problemas que más alarman a la sociedad actual. Si bien la historia de la humanidad está interligada al uso de sustancias para producir determinados efectos en nuestra consciencia, es durante el siglo XX cuando el abuso y la irrupción de nuevas sustancias dan lugar una problemática compleja que afecta a millones de personas, genera el mayor negocio del mundo, condiciona las políticas sociales y sanitarias… y es uno de los problemas que más preocupan a padres y educadores.

Podemos ser adictos a una determinada persona, a una máquina, a un hobby, a las compras, a la televisión, a la limpieza… incluso al sufrimiento. Y como nos gusta decir “nada es lo que parece”. La “cadena” que nos ata puede ser seguida hasta dar con el carcelero que habita en nuestro inconsciente ¿Por qué nos atrapa? ¿Por qué me dejo atrapar? ¿Qué tengo que cambiar en mí para liberarme?

UNA MIRADA AMPLIA SOBRE LAS ADICCIONES

Además de centrar el tema en el abuso de sustancias, también dedicaremos especial atención a todas aquellas conductas adictivas que todos arrastramos y que en determinados momentos exigen una revisión personal y un proceso de autodescubrimiento para ser superadas.

 

-“¿Qué es lo que te sucede, querida esposa?”-

-“¡Ay, si yo no pudiera obtener alguno de los rapunzeles, que están en el jardín atrás de la casa, para comerlos, me moriría.”-

El hombre, que la amaba mucho, pensó:

-“Antes que dejar que mi mujer se muera, le traeré algunos rapunzeles, no importa lo que cueste.”-

Al medio oscurecer del final de la tarde, escaló y atravesó el muro cayendo sobre el jardín de la hechicera, rápidamente cogió un racimo de rapunzeles y se los llevó a su esposa. Inmediatamente ella se hizo una ensalada y se la comió con mucho gusto. A ella, sin embargo, le gustaron tanto, tanto, tanto, que al día siguiente estaba tres veces más antojada que antes. Si él debía tener algún reposo, debería ir otra vez más al jardín. En la penumbra del atardecer, sin embargo, él bajó de nuevo el muro, pero cuando había bajado al suelo, se asustó terriblemente pues encontró a la hechicera parada a su lado.

Rapuncel. Los hermanos Grimm

 

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