Cuentoterapia e intervención familiar desde el Trabajo Social

Marian López Muñoz. Trabajadora Social. Cuentoterapeuta.

Docente acreditada por AICUENT

marianela5972@gmail.com


(Extracto de la ponencia presentada en las II Jornadas de Trabajo Social de la Región de Murcia en diciembre de 2017)

En los últimos tiempos se han ido incorporando al trabajo social herramientas y técnicas provenientes de diferentes corrientes terapéuticas, como la Gestalt o la sistémica. En esta ponencia pretendo, por un lado, fundamentar el uso de los cuentos en las diferentes intervenciones familiares que se realizan desde el trabajo social, así como exponer la utilización que de estos realizo en mi quehacer profesional tanto desde el ámbito de los servicios sociales como de la salud mental.

La visión del individuo como ser biopsicosocial nos obliga a los profesionales de los ámbitos de la ayuda, a realizar un acercamiento a la persona observando cuanta influencia tiene en el proceso carencial y/o disfuncional, la dimensión físico-biológica, la psicológica y la social/relacional; y cómo la falta de cobertura de las necesidades de cada dimensión coloca en una posición de vulnerabilidad a la persona.

Si miramos a la familia como un sistema en sí, su disfuncionalidad o desequilibrio ciertamente estará relacionado también con la dificultad de sus miembros en detectar y/o cubrir y/o gestionar las necesidades en algunas o todas las dimensiones que nombramos.

El trabajo Social entendido desde esta perspectiva necesita de herramientas que nos faciliten la intervención de manera integral; que nos faciliten el acompañamiento a la persona o familia en el proceso de recobrar el equilibrio.

Desequilibrio que tiene un origen multicausal. Las preocupaciones o sufrimientos familiares e individuales están relacionados de manera mayoritaria con procesos de duelo: pérdidas por separación, fallecimiento de personas significativas del presente o del pasado reciente o reactualizaciones de duelos pasados; disputas interpersonales: expectativas no recíprocas con personas significativas en el presente (cónyuge, hijos, familiares, cuidadores...); transiciones de rol: cambios vitales importantes deseados/accidentales (divorcios, cambios laborales, limitaciones por enfermedad, cambios económicos...); déficits interpersonales: dificultades para establecer y mantener relaciones de intimidad, que provocan aislamiento social.

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Ese “recobrar el equilibrio”, en la mayoría de los casos pasa por apoyar en el proceso de restablecer o restaurar los vínculos que se han deteriorados de alguna manera… o bien entre personas o bien de las personas con la comunidad, instituciones.

Por lo tanto, si somos capaces de encontrar las imágenes que los cuentos nos ofrecen de estos sufrimientos y preocupaciones (análisis simbólico de los cuentos), podremos utilizar este conocimiento para ofrecerle a las familias mapas que puedan ayudarles a superar las dificultades actuales.

Acertadamente, Gustavo Martin Garzo, en su libro Una casa de palabras, habla del cuento como refugio frente a las angustias que provocan las incertidumbres de la vida. (Martín, 2013, pág. 9)

Los cuentos tienen la capacidad de reflejar las experiencias, pensamientos y sentimientos de la persona que los escucha, permitiendo personificar y externalizar ideas y sentimientos que de otra manera serían difíciles de comprender.

La manera en la que el protagonista del cuento sobrelleva el problema ayuda a la persona que lo escucha a reelaborar reglas de comportamiento y de comprensión del mundo. Esto se da porque las personas tendemos a buscar en nuestro repertorio de experiencias, vivencias parecidas que le den sentido a nuestra percepción de realidad y nos recuerden cómo actuar ante esa situación. Por ejemplo, el cuento “Orejas de mariposa”, o “El abrigo de Pupa”

Barcia (2004) recoge que en la tradición hindú se ofrecía un cuento a aquellas personas psíquicamente desorientadas para que meditaran sobre él y de esta forma llegasen a vislumbrar tanto la naturaleza del conflicto que vivían y por el que estaban sufriendo, como la sensibilidad de su resolución. (pág. 21).

Es inevitable ver en este uso del cuento una similitud con la tarea del trabajo social como orientador en procesos vitales complejos.

En los procesos de intervención terapéutica y socioeducativa que se realizan desde el trabajo social, las “cualidades” de la relación de ayuda, marcan claramente la calidad del vínculo entre las personas y el/la profesional, y, por lo tanto, la calidad de la intervención y los buenos resultados de esta.

El principal canal de transmisión de esa intervención es la relación que entre ellos dos se cree. Esta relación es terapéutica porque tiene la intención de propiciar un cambio, o apoyar un proceso de desarrollo en el otro. El cuento se sitúa como facilitador y propiciador de esta relación imprescindible para nuestra labor, ya que se muestra en la práctica profesional como una herramienta poco invasiva y amable.

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Los cuentos permiten personificar y externalizar ideas y sentimientos que de otra manera serían difíciles de comprender

Los cuentos captan el interés de la persona/familia con respecto al tema a tratar; ayudando a reducir la sensación de amenaza y suavizando la natural resistencia al cambio, sobre todo en “familias obligadas”. El cuento “Madrechillona”, de Jutta Bauer, es un buen ejemplo.

El significado sistémico de los cuentos maravillosos también nos puede ayudar a identificar la influencia de los guiones de vida de los padres con relación a la situación de conflicto y de crisis que afecta tanto a padres como a hijos y que les impide el bienestar. Por ejemplo:

1. Preguntando cuales son los cuentos más significativos para los adultos y niños de la unidad familiar.

2. Intentando ver en ellos el reflejo de su guion de vida, sobre todo temores, tabúes, creencias, no permisos… Esto nos facilita poner en conciencia cómo cada una de estas cuestiones pueden estar influyendo de manera vital en la dinámica familiar.

Un ejemplo:

Una madre nombra como cuento significativo “Los siete cabritillos y el lobo”. El significado sistémico se deja entrever en la segunda frase del cuento: “Niños, no dejéis entrar al lobo”. El lobo puede estar representando al padre o también a un abuelo al que la madre, junto con sus hijos, excluye.

Nos puede estar hablando de un patrón de expulsión de los hombres de la familia… En algunas familias los hombres son malos, las mujeres buenas… y esto se mantiene por varias generaciones. Y el hijo también lo será... El niño puede pensar… “si mi madre ha sacado a los hombres de mi familia de mi vida por ser malos… yo también lo soy o seré… y me comporto con el papel que me toca”. Quizás estemos hablando de un proceso de separación y que la madre acude únicamente a servicios sociales porque no sabe qué le pasa a su hijo, se comporta fatal, quiere que lo metan en un centro. El cuento nos ofrece una información que habrá que contrastar con la historia familiar y el genograma… Nos ofrece una perspectiva diferente de cara a la intervención.

Conocer la estructura interrelacional de los cuentos maravillosos nos lleva, automáticamente, a ver las similitudes de estos con la historia personal y los bloqueos que se puedan estar dando en el individuo o la familia. El cuento de Hansel y Gretel puede ser utilizado para una familia en la que los adultos necesitan ver los abandonos que han podido sufrir en su vida y como estos están influyendo en el actual estilo de familia que son.

¿En qué fase de la intervención contar un cuento?

En una intervención de tipo individual/familiar, en la fase inicial de evaluación diagnóstica, puede contarse un cuento maravilloso o emosémico y ver a qué parte de él reacciona la familia o alguno de sus miembros.

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Los cuentos facilitan el establecimiento de una vinculación empática a nivel inconsciente, lugar donde los cuentos hacen su tarea

Las reacciones al escuchar el cuento pueden aportar información acerca de la estructura y funcionamiento familiar *1 y esta abre de manera suave la investigación acerca de los estilos de interacción familiar *2. Como ejemplo podemos mencionar “La Ola”, uno de los cuentos más leídos de la autora coreana Suzy Lee (1974).

El trabajador social usa la relación con las personas objeto de intervención como medio de comprensión de su problema y para proporcionar apoyo. Los cuentos facilitan el establecimiento de una vinculación empática a nivel inconsciente, lugar donde los cuentos hacen su tarea.

En la fase de intervención, el cuento como herramienta nos facilita el reencuadre de la situación *3; la normalización, reduciendo la magnificación; la proyección al futuro, qué cambios quiere hacer la familia y hasta dónde llegar.

Nos apoyan en el momento de elogiar los avances y favorecen la elaboración de las emociones y el pensamiento asociados a la situación problemática. Nos facilitan el trabajo cuando queremos ejemplificar una opinión; sugerir soluciones; sembrar ideas e intensificar las motivaciones; descolocar al niño o a los adultos, al punto que ya no les sea posible recurrir a sus métodos de control habituales; persuadir a la familia para realizar algún movimiento; centrar la entrevista en aspectos familiares duros de tratar sin que la familia se sienta excesivamente invadida. Por medio de un cuento, el profesional dice mucho, sin decir nada.

Encargar a los padres la tarea de leer algunos cuentos concretos a sus hijos es tomada como fácil, poco costosa para ellos y prolonga la intervención con la familia a los espacios íntimos, sin que la familia se sienta invadida.

El cuento, contemplado y utilizado desde la perspectiva que ofrece la Cuentoterapia, irá mostrando sus dones conforme la práctica profesional de los/las trabajadores/as sociales los pueda ir incorporando.


*1 Organización, estructuración, conflictividad, expresividad emocional, adaptabilidad, tipo de representaciones mentales dominantes en la mentalidad familiar (modelos idealizados de familia), capacidad de expresión emocional, momento o fase del ciclo vital, funciones emocionales que están más afectadas, etc.

*2 Claridad, entrega y compromiso, acuerdo y desacuerdo e intensidad afectiva, etc.

*3 Presentar de una manera más constructiva y positiva la descripción del problema


Referencias bibliográficas

• Barcia, E. (2004). Los cuentos populares y su utilización didáctica en Educación Infantil y Primaria. En La tradición oral en Extremadura: utilización didáctica de los materiales. (págs. 19-65). Mérida: Dirección General de Ordenación, Renovación y Centros.

• Martín, G. (2013). Una casa de palabras. México: Océano.

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